De tal palo, tal astilla: padres e hijos futbolistas
Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)
Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)
Giuliano Simeone jugó, hace escasos días, para la Selección Argentina en los triunfos ante Uruguay y Brasil, con un gol incluido. Y es portador de un apellido histórico para el equipo nacional: su padre es Diego Pablo El Cholo Simeone, actual director técnico de Atlético de Madrid, el mismo equipo de Giuliano. Además otro hijo del ex mediocampista derecho -surgido de Vélez Sarsfield, con exitoso recorrido en clubes europeos y cierre de carrera en Racing Club- también es futbolista profesional: Giovanni Simeone, actualmente en Napoli y con paso por la Selección.
También hace pocos días, Ezequiel Navarro Montoya atajó en Santamarina, de Tandil, frente a Racing Club por la Copa Argentina. El arquero, de 27 años y con recorrido en varios clubes del ascenso español y argentino, es hijo de otro reconocido ex futbolista: Carlos El Mono Navarro Montoya, de quien heredó la pasión y el puesto. El Mono, ex dueño de los arcos de Vélez Sarsfield, Boca Juniors, Chacarita Juniors, Independiente y Gimnasia y Esgrima La Plata, entre otros, también es hijo de un arquero: su padre Ricardo Jorge Navarro actuó en varios clubes sudamericanos.
Estos casos no son excepciones en el fútbol argentino, y mundial, ya que existen varios antecedentes. Angel Labruna, histórico y destacado jugador de River Plate en las décadas de 1940 y 1950 y pieza importante de la famosa Máquina, extendió sus genes a Omar Labruna, ex volante de River Plate, Quilmes, Platense y Sportivo Italiano.
Familias de futbolistas
Antonio D’Accorso jugó en River Plate, Atlanta, Banfield, Independiente Rivadavia, Unión Magdalena, de Colombia, y Mallorca de España. Luego desarrolló una extensa carrera como director técnico, dirigiendo a Diego Maradona en Argentinos Juniors y ascendiendo con Quilmes a Primera A en 1975. Su hijo no sólo coincidió en nombre y profesión: Antonio Toni D’Accorso jugó en Atlanta y Sportivo Italiano y actualmente es director técnico. Una curiosidad: D’Accorso junior conformó cuerpo técnico junto a Omar Labruna.

Jorge Higuaín, recio defensor que jugó, entre otros, en San Lorenzo, River Plate y Boca Juniors, tuvo dos hijos delanteros: Gonzalo Pipita, goleador de River Plate, Real Madrid, Napoli, Juventus, Milan, Chelsea, Inter Miami y la Selección Argentina, y Federico, ex jugador de River Plate, Nueva Chicago, Independiente y varios clubes extranjeros.
Los Verón son otro ejemplo de padre e hijo que emprendieron la misma ruta del fútbol profesional. Juan Ramón La Bruja Verón fue un fantástico puntero izquierdo en el Estudiantes de La Plata tricampeón de las Copas Libertadores y campeón de la Copa Intercontinental a fines de la década de 1960. Su hijo, Juan Sebatián La Brujita Verón también construyó una exitosa carrera en Estudiantes, Boca Juniors y clubes europeos. El actual presidente del Pincha, además, dejó su marca en la Selección Argentina.
Hugo Orlando El Loco Gatti causó sensación atajando en Atlanta, Gimnasia y Esgrima La Plata, River Plate, Unión y Boca Juniors. El pintoresco arquero de pelo largo, vincha y bermudas -toda una revolución en los años 60 y 70- mantiene vigente el récord de más partidos jugados en campeonatos argentinos: 757 y de penales atajados, compartido con Ubaldo El Pato Fillol: 26. Sus hijos futbolistas no alcanzaron la misma gloria: Lucas Cassius Gatti fue volante en Argentinos Juniors y clubes chicos de Europa y Federico Gatti pasó por las inferiores de Argentinos Juniors y el ascenso español, aunque no llegó a ser profesional.
Más argentinos y familiares
Ricardo El Bicho Pellerano, marcador central de Argentinos Juniors, River Plate y Quilmes en la década de 1970, tuvo dos vástagos futbolistas. Cristian Pellerano, mediocampista, que pasó por diversos equipos: Atlanta, Nueva Chicago, Racing Club, Arsenal, Colón, Independiente, clubes mexicanos y alcanzó un pico alto en Independiente del Valle, de Ecuador, donde fue figura en los títulos de dos Copas Sudamericanas (2019 y 2022) y una Recopa Sudamericana (2023).
Hernán Darío Pellerano, el otro hijo futbolista que extendió el linaje de Ricardo, salió campeón con Vélez Sarsfield y con Liga Deportiva Universitaria, de Ecuador. Además, jugó en Newell’s, Independiente, San Martín de Tucumán y clubes de España, Paraguay, México y Perú. Tras jugar la temporada pasada en Gimnasia y Esgrima de Jujuy se retiró y hoy integra el cuerpo técnico de Pablo De Muner en Defensa y Justicia.
Gustavo Jorge Cepillo Acosta, talentoso volante ofensivo de Ferro Carril Oeste con posterior presencia en St. Pauli, de Alemania, Cádiz, de España, y Nueva Chicago, prolongó la continuidad familiar con Mateo Acosta, actual centrodelantero de Estudiantes de Buenos Aires y con pasos previos por otros clubes del ascenso.
Franco Pulicastro, goleador de Talleres de Remedios de Escalada y con pasado en Ferro Carril Oste, Flandria, Villa Dálmine y Chacarita Juniors, es hijo del también delantero Luis Pulicastro, quien jugó en Ituzaingó, Luján, Tristán Suárez, el ascenso de Italia y en la Selección Argentina Senior.

Emigrados y seleccionados
Nicolás Paz, el habilidoso zurdo de 20 años que está teniendo interesantes apariciones en la Selección Argentina, nació en Tenerife y desarrolló su trayectoria en España, primero en las inferiores y filial del Real Madrid y actualmente en Como, de Italia. Su padre, Pablo Paz, nacido en Bahía Blanca, se destacó en Newell’s Old Boys e integró el plantel de la Selección Argentina en el Mundial Francia 1998. Marchó a España, contratado por Tenerife y, tras retirarse, fijó ahí su residencia.
Otro caso de padre e hijo que combinan dos nacionalidades se da en el futbolista Christian Chaco Giménez, mediocampista ofensivo debutante en Boca Juniors y con continuidad en Unión e Independiente antes de pegar su exitoso salto al fútbol mexicano, donde salió campeón con América, Pachuca y Cruz Azul. Su hijo, Santiago Giménez, nacionalizado mexicano, es parte de la selección azteca -como lo fue su padre- y en estos días se luce en Inter, de Italia, entidad que lo contrató a comienzos de este año tras su paso goleador por Cruz Azul y Feyenoord, de Países Bajos.
Los Giménez se dieron el gran gusto de compartir cancha: en un amistoso entre Cruz Azul y Pumas, disputado en Estados Unidos en 2016, cuando un juvenil Santiago tuvo su estreno y coincidió algunos minutos con Christian. En ese partido, el padre le dio un buen pase al hijo quien, tras recibir y dominar, fue víctima de una falta que originó un penal.

Padre e hijo, compañeros de equipo
Alberto Beto Acosta, ex goleador de Unión, San Lorenzo y Boca Juniors, entre otros, también jugó con su hijo, Mikael Acosta. Ya veterano, Beto cerró su carrera con 42 años y vistió la misma camiseta que su hijo en Fénix, en el campeonato de Primera C.
En Bolivia, el lateral derecho argentino Luis Gregorio Gallo, ex Vélez Sarsfield, compartió minutos en cancha con su hijo Walter Gallo, jugando para Bolívar, de Bolivia: 34 años tenía el progenitor y 17 el vástago.
Los Maldini, leyendas italianas
Fuera de Argentina, uno de las genéticas más descollantes fue la de Cesare Maldini, defensor y enorme referente de Milán, y su hijo Paolo, capitán histórico de Milan, multicampeón local e internacional, y de la Selección de Italia y distinguido como uno de los mejores defensores mundiales de todos los tiempos.

El neerlandés Johan Cruyff logró, sin dudas, la categoría de auténtico crack, uno de los mejores y más completo jugador de todas las épocas y no demasiado lejos de los dioses del planeta redondo: Pelé, Maradona y Messi. Brilló en su Selección (la inolvidable Naranja Mecánica), Ajax y Barcelona. Su hijo no repitió semejante brillantez; Jordi Cruyff integró los planteles de Barcelona, Manchester United, Celta, Alavés y Espanyol y tuvo un breve paso por la Selección de Países Bajos en la Eurocopa de 1996.
Tampoco el hijo de Edson Arantes Do Nascimento, más conocido como Pelé, el Rey del fútbol en los 60 y 70 como líder del famoso Santos y la Selección de Brasil, alcanzó a emular, ni de lejos, la capacidad de su padre. Edson Cholbi do Nascimento, más conocido como Edinho,fue arquero de Santos, Portuguesa y Ponte Preta, pero la prensa lo incluyó más en sus secciones policiales que en las deportivas.
Una de las máximas figuras de Independiente en las décadas de 1930/40 fue el legendario delantero Vicente Capote de la Mata. Autor de golazos memorables y campeón en 1938, 1939 y 1943, el rosarino también dio tres vueltas olímpicas con la Selección Argentina en los Torneos Sudamericanos (actual Copa América) de 1937-45 y 46. Su hijo Vicente Capotito de la Mata,volante y rosarino, jugó en Independiente -coronándose campeón doméstico en 1963-67 y 70 y en las Copas Libertadores 1964 y 65- , en clubes de Chile y México y en la Selección Argentina.
River Plate, San Lorenzo y sus familiares futbolísticos
Dos grandes ídolos de River Plate, Ramón Angel Díaz y Marcelo Gallardo, agigantados por ser los técnicos más ganadores de los últimos tiempos, tuvieron descendencia que continuaron su profesión. Sin embargo, ni las ya retirados Emiliano Díaz (Talleres, San Lorenzo, Defensa y Justicia, All Boys, entre otros) y Michael Díaz (San Telmo, San Lorenzo, Defensores de Belgrano, Ferro Carril Oeste, entre otros), ni Nahuel Gallardo (River Plate, Defensa y Justicia, Colón, Independiente Rivadavia, entre otros), quien continúa en actividad en Delfín de Ecuador, lograron sobresalir mayormente.
Ídolo indiscutido de San Lorenzo, donde dejó exitosos recuerdos como futbolista y como director técnico, Ruben Darío Insúa tiene dos hijos que también se dedican a jugar profesionalmente. Uno de ellos, Rodrigo Insúa, 27 años, lateral izquierdo, ex Chacarita Juniors y Deportivo Riestra, actualmente tiene como entrenador a su padre en Barracas Central. Por su parte, Robertino Insúa, 30 años, volante ofensivo, juega en Miami United de Estados Unidos y antes lo hizo en San Lorenzo, Unión y en Barcelona, Toreros, LDU Portoviejo y Guayaquil City, todos de Ecuador.
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