Un Drácula romántico, con el sello del francés Luc Besson

Un Drácula romántico, con el sello del francés Luc Besson

Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)

La historia del conde Drácula, el noble rumano que vivía en su castillo de Transilvania y se convertía en vampiro para alimentarse de sangre de humanos, atraviesa las épocas y siempre mantiene su vigencia. Nacida como un novela de fantasía gótica, por la creativa pluma del escritor irlandés Bram Stocker, en 1897, el libro nunca dejó de reeditarse y sumar lectores en todo el mundo.

El cine también la adoptó y son más de dos centenares las versiones que llegaron a las pantallas. Drácula nunca pasa de moda y da motivo para más y más adaptaciones y creaciones fílmicas. Y en Argentina acaba de estrenarse una nueva propuesta: Drácula, guionada y dirigida por el francés Luc Besson, con una interesante propuesta: un protagonista que prioriza el amor apasionado por su esposa, sin dejar de lado su lado oscuro y violento y su afición por la sangre humana.

El francés Luc Besson, autor y director, y el estadounidense Caleb Landry Jones, actor que personifica al conde Drácula en esta reciente producción cinematográfica.

En esta nueva película, que respeta la estructura y la fantasía originales de la novela, se funden el estilo visual inconfundible de Besson con las pulidas actuaciones del estadounidense Caleb Landry Jones como Drácula; la estadounidense Zoe Bleu como Elisabeta (la esposa del conde) y Mina (su reencarnación 400 años después); el austríaco Christoph Waltz como el cura que va tras los pasos del vampiro, y la italiana Matilda De Angelis como María, la extrovertida discípula de Drácula. 

Una espera de cuatro siglos

La acción comienza en plena Guerra de las Cruzadas y Landry Jones es el joven príncipe enamorado, claramente demostrado en las apasionadas escenas iniciales, que debe partir a pelear y ratificar su valentía y fiereza en los campos de batalla. Su esposa, en su búsqueda de un refugio seguro, es muerta por los enemigos. Y ahí el príncipe guerrero se desmorona, rompe con la Iglesia desafiando a Dios, y arranca su periplo transformado en vampiro. 

Cuatrocientos años después encuentra, casi por casualidad, lo buscado. En Londres halla a una mujer que es el reflejo de su prematuramente fallecida amada y transita un rumbo que puede sellar su destino, en una doble cacería: de él por recuperarla y de sus seguidores para ponerle punto final a su despliegue vampírico.

Landry Jones y Zoe Bleu, la pareja enamorada en el pasado que vuelve a encontrarse en el presente. El icónico vampiro regresa a la pantalla grande en una película con horror, romance y fantasía.

Así van tejiendo una atrapante película con condimentos de fantasía, amor, sangre, oscuridad, suspenso y redención en esta producción francesa, hablada en inglés, con una  estética gótica moderna, efectos visuales impactantes y una narrativa cargada de emociones intensas que atrapan al espectador.

La palabra de Besson

Luc Besson, nacido en París hace 66 años, reconocido y premiado por su larga trayectoria en el cine -Nikita, El quinto elemento, El transportador, León, Lucy, Azul Profundo, Juana de Arco, entre otras- escribió el guion y dirigió esta versión del Drácula romántico.

Explicó que «todo comenzó porque Caleb Landry Jones y yo queríamos volver a trabajar juntos. Un día, en el rodaje de Dogman, le pregunté qué le gustaría hacer después. Hablamos de las grandes figuras clásicas, en particular de los personajes monstruosos, y surgió el entusiasmo compartido por Drácula».

«Volví a leer la novela, lo que reforzó mi deseo de embarcarme en este proyecto. El libro, en esencia, es una historia de amor, aunque en su época fascinó más por su dimensión fantástica y sangrienta. Con el tiempo, el personaje se volvió un monstruo mítico. Pero para mí, sigue siendo ante todo una historia de amor: la de un hombre que es capaz de esperar 400 años para volver a ver a la única mujer que ha amado y le fue arrebatada por Dios», señaló.

Un príncipe que prefiere el amor a la guerra

Reveló que «comencé a escribir el guion sin la intención inicial de dirigirlo, pero terminé apasionándome tanto que decidí hacerlo yo mismo” y resaltó que «desde el comienzo, el Conde Drácula tiene un aura real: es el príncipe de la región, y aunque joven, es un líder nato. Quería mostrar que no necesariamente le gusta la guerra: lucha en nombre de Dios, pero preferiría quedarse con su esposa. De hecho, dice: va a ser una batalla sangrienta. ¿De verdad Dios quiere esto? No entiende por qué debe recurrir a tanta violencia y muerte, pero lo hace por fe. Es comprensible que, al regresar de la guerra, se sienta traicionado».

Drácula, la historia del conde rumano de Transilvania, en una nueva versión cinematográfica de la mano del talentoso Luc Besson.

Sobre las peculiaridades del Drácula de su película, Besson dijo: «No quería un personaje con superpoderes, al estilo americano. Mi Drácula usa un perfume para atraer a jóvenes mujeres hacia él, ya que no puede ir a donde quiera. Es un esteta, amante de las cosas bellas, telas sedosas, anillos y viajes. Me inspiré más en ese lado dandy que en Nosferatu porque me interesaba más su dimensión artística que su oscuridad». 

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