«Otro viernes de locos», nostalgia y diversión

Por Gabi Composto (gabi.composto@elcafediariook.com)

Edición: Carla Scardino (carla.scardino@elcafediariook.com)

Estrenada en 2003, Un viernes de locos fue un éxito a nivel mundial y se mantiene como una de las películas más recordadas de Disney. Ahora ellas regresaron a los cines con Otro viernes de locos, secuela de una de las comedias familiares más queridas. Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan retoman sus papeles de Tess y Anna Coleman, en una nueva historia que juega con la identidad, los vínculos familiares y, por supuesto, con todo el humor que convirtió a la original en un clásico.

Una historia que mezcla generaciones

Pasaron más de dos décadas desde que conocimos a estas madre e hija que intercambiaron cuerpos por un día. En la actualidad, Tess (Jamie Lee Curtis) es una reconocida psicóloga que acaba de publicar su primer libro y se prepara para una intensa gira de presentación. Sigue siendo aquella figura protectora pero que en ocasiones invade más de la cuenta la vida de quienes ama.

Anna (Lindsay Lohan), por su parte, es madre soltera y combina la crianza de Harper, su hija adolescente, con su próspera y agitada carrera como representante de una estrella pop en plena crisis creativa.

Además de estar atenta a su hija y su carrera, comenzó una relación con Eric, un chef exitoso que es padre de Lily, una joven de 15 años que espera volver a Inglaterra, donde residían, para dedicarse a la moda. Celosa de su padre y extrañando profundamente a su madre fallecida, se resiste a la nueva relación que une a su papá con Anna.

Los tortolitos deciden dar un paso importante en la relación y con casamiento en puerta arrancan un sinfín de situaciones donde las dos familias intentan ensamblarse para convivir como una sola. Algo que las adolescentes no tomarán con alegría e intentarán boicotear a toda costa.

Intercambio de cuerpos recargado

Todos esperábamos el momento ¡y llega!, cuando tras la advertencia de la excéntrica Madame Jen –con un juego de palabras de las que nadie comprende su significado, ni ella misma–, un fenómeno sobrenatural vuelve a sacudirlas y todo se descontrola: Tess intercambia lugar con Lily, y Anna con Harper. Y lo que sigue es una suma de enredos, gags, lecciones de vida y descubrimientos personales que cambiarán la forma de pensar tanto de los adultos como de las adolescentes.

Ellas siendo ellas

Para Jamie Lee Curtis, el proyecto «se trata de madres e hijas, de abuelas y nietas», pero también sobre «el amor, la comprensión, la compasión y la empatía, y de darse cuenta, a través de un intercambio de cuerpos, de lo difícil que puede ser la vida para los demás», al ver el mundo desde otros ojos (literal).

Lindsay Lohan, que se consolidó con el film de 2003, tras el inmenso éxito de Juego de gemelas (es el día de hoy que todos la siguen amando), destaca el guión porque habla sobre la empatía en tiempos de cambios familiares, «esta película trata sobre la familia y el cambio», describe. «Siempre hay cambios en la vida. Nunca sabes realmente cómo van a salir las cosas, pero al final, todo se reduce a la familia. Siempre y cuando tu familia te apoye, puedes superar cualquier cambio», finaliza.

Nostalgia y actualidad, fórmula que funciona

La directora del film, Nisha Ganatra, elogia la química entre Curtis y Lohan entendiendo que fue la clave del éxito de la original y que ahora se muestra intacta en su secuela: «es tremenda», dice; la describe como «algo único». Y agrega que eso se nota porque «uno les cree por completo, tanto cuando interpretan a la otra como cuando son ellas mismas». Ambas producciones tienen una premisa simple, el cambio de cuerpo sucede, pero «si no creyeras de verdad que una es la otra, la película no funcionaría».

Para ella éste es el momento ideal para esta segunda parte, porque «Jamie Lee Curtis está en su mejor momento y está imparable, y el regreso de Lindsay Lohan está en pleno auge». Comenta además que «es un buen momento para la nostalgia. Todos estamos recordando esas películas con las que crecimos, y queremos sentir esa alegría y consuelo de volver a ver juntas a personas que amamos. Y creo que Jamie y Lindsay realmente logran eso».

Una familia que se transforma

Anna era una adolescente que se sentía muy incomprendida y evolucionó hasta convertirse en una mamá muy comprensiva. Otro viernes de locos no sólo recupera la esencia de la original, sino que actualiza su mirada a los tiempos modernos y se enfrentan a una nueva dinámica, la de la familia ensamblada. La situación –realidad de la vida contemporánea– es retratada con humor donde padrastro, madrastra y hermanastras se encuentran en la encrucijada de decidir si el compartir un mismo hogar hará feliz a todos.

Gracias a Disney se mantiene vivo el espíritu de esta comedia familiar que ya forma parte de la memoria colectiva.