«Memorias de una maga», o la mujer que cumplió su sueño
Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)
Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)
Memorias de una maga, obra teatral, cuenta la poco conocida historia de la hija de José Ingenieros, que decidió cambiar su carrera de bióloga para cumplir su sueño de hacer algo diferente.
Así se convirtió en la primera mujer maga argentina y en uno de los primeros casos de empoderamiento femenino, casi un siglo antes que ese término comenzara a imponerse.
Eugenia Alonso es la actriz que interpreta a Delia Ingenieros, o Kamia, su nombre artístico. En un relato ágil, la mujer va mutando del delantal, los tubos de ensayo y el laboratorio, con su burocracia incluida, para pasar a los vestidos coloridos, los naipes, la varita mágica y los trucos de ilusionismo.
Su actuación es acompañada por el aporte musical de Pablo Viotti en el teclado, con alguna devolución gestual aparte.
Impulsada por las presiones familiares y sociales imperantes en aquella época, comienzos del siglo XX, Delia Ingenieros se dedicó a la biología, una profesión considerada seria. Sin embargo, su rebeldía y su deseo de cumplir un sueño y hacer su voluntad cambió de profesión, a sus 33 años, para dedicarse a la magia.
La periodista Leni González se encargó de desempolvar esta historia de vida de la hija de José Ingenieros y como dramaturga la llevó al escenario. La dirección está a cargo de Cecilia Meijide.
Ingenieros y su multiplicidad
José Ingenieros (nacido en Italia en 1877 y fallecido en 1925 en Argentina) recorrió un prolífico y destacado camino como médico, psiquiatra, filósofo, escritor, criminólogo, farmacéutico, sociólogo, psicólogo, docente, editor y militante político. Entre sus libros más difundidos se encuentran Evolución de las ideas argentinas y El hombre mediocre.
El influyente y respetado Ingenieros, presidente de la Sociedad Médica Argentina y vicedecano de Facultad de Filosofía y Letras, entre otros cargos, tuvo cuatro hijos, con su esposa Eva Rutenberg: la mencionada Delia (fallecida en 1996), Amalia, Julio y Cecilia.
Una bioquímica de «verdad»
Finalizada una de las funciones, en el Teatro El extranjero, Eugenia Alonso respondió a las preguntas de El Café Diario. La actriz, con vasta experiencia en teatro –Lúcido, últimos remordimientos antes del olvido; Hamlet; Ojos que no ven y Equus, entre otras–, cine –El hombre de al lado, Cerro Bayo, Los Suicidas, Padre Jorge, Caídos del mapa y Relatos de una soñadora, son algunas de las películas donde actuó– y televisión –Nina, Farsantes, Aliados, Mujeres asesinas, El marginal y Loco por vos, entre otras– se refirió a Memorias de una maga.
¿Cómo es darle vida a tu personaje?
Un poco el texto, que es muy poético e interesante, me va llevando, y también me ayuda conocer de adentro los papeles. Porque en mis comienzos fui bioquímica y me dediqué a la actuación. Por eso, pasar de un ámbito tan aséptico y tan serio al juego me resultó fácil. Además, me pareció lindo esto de hacer magia.
¿Conocías la historia antes de comenzar con la obra?
No es una historia difundida, aunque sí es muy sabida por los magos. El tema lo descubrió, podría decirse, Leni, la autora de Memorias de una maga, y fue ella quien me propuso hacer esta obra.
El desafío de hacer Memorias de una maga
¿Qué te tentó más de interpretar a Delia-Kamia?
Varias cosas: que fuera un unipersonal, trabajar frente al público con trucos de magia, aprender a manejar ese otro ámbito, que para mí es un poco lejano, y la interacción con el público. Me parece algo lindo evocar ese mundo más fantástico.
¿Tenías conocimientos de trucos de magia o tuviste que aprenderlos?
No sabía nada, nada. Tuve el asesoramiento de Pablo Kusnetzoff, que es mago y me enseñó los trucos que tenían que ver con la propuesta. Aclaro que no es un show de magia, sino un unipersonal con algunas cosas de magia.
Memorias de una maga
Valentín Gómez 3378, CABA
Sábados a las 17
Entradas en el teatro o por Alternativa teatral






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