La ceremonia del cacao, en un sitio mágico y natural

La ceremonia del cacao, en un sitio mágico y natural

Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)

Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)

San Marcos Sierras atrapa por su belleza natural, su tranquilidad y también por su energía. Este amable pueblo cordobés brinda la belleza de sus sierras, sus ríos, su vegetación y su fauna, en un marco donde la paz envuelve todo, se respeta la ecología y a su vez es rico en actividades holísticas con su conocida integración de cuerpo, mente y espíritu.

El Café Diario® estuvo presente en una de las tantas actividades que ofrece este pueblo, cuya principal producción es su miel orgánica. San Marcos Sierras cuenta con una población de aproximadamente 4000 habitantes y fue centro convocante de la comunidad hippie hace unas décadas. Conocer los detalles y participar de un rito ancestral como es la ceremonia del cacao, resultó toda una experiencia. 

El marci de las sierras

En las afueras del pueblo, como los locales llaman a su zona «céntrica», de calles de tierra y con su coqueta Plaza Cacique Tulián, se encuentra uno de los varios centros de actividades: Samadhi, punto de luz. Con toda la riqueza de la naturaleza como marco en medio de la sierra, ofrece una amplia gama de posibilidades: talleres, eventos, cursos, meditaciones, yoga, lectura de aura y de runa, y mucho más, además del alquiler de habitaciones para hospedaje de visitantes. 

Samadhi, una auténtica construcción de campo, transformada en sede de actividades holísticas y con espacio para hospedaje, ubicada a unos largos pasos del punto neural de San Marcos Sierras. 

A este mágico sitio llegó, hace dos décadas, Ámbar, quien vivió en Chile, Uruguay y Brasil, pero comprendió que San Marcos Sierras es su lugar en el mundo. Y Samadhi pasó a ser su refugio y el sitio ideal para desplegar y compartir sus conocimientos holísticos. Recientemente se sumó Ailín, experta en sanación, guía espiritual y terapeuta holística. Juntas decidieron organizar la ceremonia del cacao.

Ailín y Ámbar, anfitrionas y organizadoras de la ceremonia del café, en los preparativos previos.

Las raíces mexicanas de la ceremonia del cacao   

«Aunque no se sabe exactamente quiénes fueron los primeros en usar el cacao como medicina, los indicios apuntan a los ancestros de la tierra de México, los aztecas y los mayas. Esa sabiduría se fue transmitiendo y expandiéndose, en Brasil se usa mucho y en todo el mundo se hacen ceremonias de cacao», cuenta Ailín.

Y resalta: «El cacao activa los vasos sanguíneos, entonces ayuda a desinhibirse y a moverse más libremente, por eso a la ceremonia se le puede agregar baile. El cacao, además, tiene la propiedad de abrir el corazón y el baile está conectado con el corazón, con los niños y las niñas interiores, con el movimiento».

Otro momento del encendido del fuego para realizar la ceremonia del cacao. De fondo, la yurta, sitio cubierto donde se realiza el baile que finaliza el evento

Más sobre la energía de San Marcos Sierras  

Ámbar cuenta que «San Marcos Sierras está cerca de Capilla del Monte y el Cerro Uritorco, un lugar energéticamente poderoso. Las personas que llegan acá, la gran mayoría está en un camino espiritual, en un camino de conexión, de reconocimiento consigo mismo. Hay mucho movimiento de medicinas naturales, medicinas de la floresta, muchas actividades holísticas».

«Es un lugar donde, además, vienen a parir muchas parejas, hay mucho pacto con la naturaleza, con ser consciente. Y también San Marcos es como un útero, un lugar con energía femenina que contrasta con Capilla del Monte, que es masculino. Acá la gente mira mucho hacia adentro, es muy de quedarse en su casa, de hacer sus procesos, Capilla es escorpiano y San Marcos es taurino». 

Una postal de San Marcos Sierras: río, vegetación y tranquilidad en la localidad cordobesa, ubicada en el Departamento Cruz del Eje.

A encender el fuego para la ceremonia del cacao   

La ceremonia del cacao, que se realiza al aire libre, comienza con el encendido de un fogón. Prender el fuego, acomodar las ramas, entrar en clima de meditación y trascender tiempo y espacio. El cacao en las viejas civilizaciones no era considerado una golosina, sino un remedio y una planta sagrada.

Por eso, una vez que las brasas, les dan el calor necesario a las ollas con agua, se vierte el cacao, puro, junto a pimienta y jengibre. Antes, se lo coloca en un cuenco y los participantes se lo van pasando de mano en mano para olerlo, observarlo y dejar alguna plegaria u oración. 

Con la espesura y la temperatura apropiada, el líquido se coloca en tazas y los participantes lo consumen y saborean, abriendo sus corazones, buscando una curación emocional y conectando con el corazón, los ancestros, el ser interior, lo sagrado y la naturaleza. Instrumentos musicales, como cuencos y campanas tibetanas, maracas, gongs, tambores, y cantos sagrados se suman a la ronda. 

El cacao puro, que será utilizado durante la ceremonia, y las tazas y compoteras donde será depositado.

Todos a bailar   

Tras la ronda donde se toma el cacao, alimentando cuerpo y alma. Comprometiéndose mental y espiritualmente, captando el mensaje, el significado y el contenido de la ceremonia, los participantes ingresan a la yurta, una carpa con estructura de madera y que era utilizada por pastores nómades en Asia, donde suena la música. Y la energía del alma se traslada a todo el cuerpo. Es la hora del baile, de soltarse y de cerrar el ciclo de la ceremonia del cacao, con movimientos corporales como última ofrenda.

El fuego encendido, el cacao preparado y listo para ser distribuido y la música acompañando la ceremonia.

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