Hualfin, otro encantador pueblo de Catamarca

Hualfin, otro encantador pueblo de Catamarca

Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)

Impacta por su belleza el recorrido por la ruta nacional 40, en la provincia de Catamarca, hasta derivar en Hualfin, localidad perteneciente al Departamento de Belén. De este pueblo, de aproximadamente 3500 habitantes, poco se habla, aunque tiene muchos atractivos por ofrecer. Historia, fe religiosa, naturaleza pura, viñedos, trekking, cultura y termas conviven en este apacible y encantador sitio. 

La capilla Nuestra Señora del Rosario, que data de 1770 por encargo de María de Medina y Montalvo, una de las primeras pobladoras, es uno de los puntos que reciben a los visitantes en el ingreso a Hualfin. Su valor religioso se conjuga con su belleza arquitectónica y ​es considerada Monumento Histórico Nacional, siendo la segunda capilla más antigua de la provincia de Catamarca. De estilo colonial, el altar, las pinturas, las imágenes religiosas, la torre del campanario, las paredes y las puertas son originales y están sumamente cuidadas. 

Frente de la Capilla Nuestra Señora del Rosario

Permanece cerrada  de manera permanente y allí ya no se realizan ceremonias, para ayudar a su conservación, pero es posible ingresar y visitarla acompañado por las gentiles y amables empleadas de la Dirección de Turismo, situada a un costado. En ese mismo recinto, se halla un museo con piezas  arqueológicas, provenientes de la zona. Vasijas, cerámicas, elementos de cultivo, cocción y musicales de distintas culturas prehispánicas y pueblos originarios son un valioso aporte para conocer más sobre la historia y la cultura del lugar. 

Interior de la Capilla Nuestra Señora del Rosario.

Frente a la capilla, en la cima de un monte no muy elevado, una gran imagen de Nuestra Señora del Rosario, flanqueada por dos grandes cruces, protege y bendice a la población. Se accede por una escalera y es posible tener un completa y bella visión de la región.

Juan Chelemín, un héroe de Hualfin

El cacique y curaca de los malfines, etnia diaguita-calchaquí, Juan Chelemín es recordado por su valentía y coraje para enfrentar a los invasores españoles, en el Siglo XVII. Lideró, al frente de su tropa y de otras tribus autóctonas,  rebeliones y batallas en el Gran Alzamiento y las Guerras Calchaquíes. Finalmente capturado por las fuerzas realistas, fue asesinado y descuartizando, diseminando sus extremidades en distintas localidades de la zona y derramando su sangre en Hualfin.

Con su nombre fue bautizada la  Hostería Municipal, que ofrece hospedaje y restaurante y también una avenida. como homenaje. Además el rostro de Chelemín se reproduce en carteles, paredes y comercios de Hualfin. 

El Pozo Verde y el Pucará, tesoros de Hualfin

En medio de montañas y quebradas con el color de diversos minerales, árboles, arbustos, vertientes y piletones de agua y un arroyo está Pozo Verde, que tiene literalmente ese color. El recorrido dura una hora y media de ida y otro tanto de vuelta, y no es complicado. Ascendiendo y bajando por pasillos, algo angostos en una breve parte, de tierra y piedra se respira aire puro, se goza de las bellezas naturales y se deleita con el color verde de los pozos y arroyo.

Montañas coloridas, piletones de agua, Pozo Verde es belleza pura.

Este paseo se realiza exclusivamente acompañado por David Lera, experimentado y sabio guía que nació en ese mismo sitio. Su antigua morada, ahora abandonada y algo deteriorada, se encuentra al inicio del recorrido. Ese antecedente lo convierte en la persona que mejor conoce el lugar, su historia y sus características y con su locuacidad lo comparte con los turistas. Define el sitio como «un Talampaya con agua», por la similitud de las erosionadas formaciones rocosas, en colores debido a los distintos minerales y figuras  con formas de animales, con el espectacular parque nacional de La Rioja.

Pozo Verde, con su maravilloso paisaje y agua colorida.

A un corta distancia está el Pucará, fortificación utilizada por los diaguitas con fines defensivos y preventivos. Su alta visión es ideal para tener un amplia observación. Recorrerlo tiene una exigencia mayor,  son cuatro horas para ir, siempre en subida, y luego bajar con cautela. También dentro de un entorno muy natural y con un paisaje atractivo y colorido. Las plantas, la mayoría con uso medicinal, ofrecen otra interesante fuente de aprendizaje.

A brindar en Hualfin

El clima y el terreno son propicios para el cultivo de vid y la posterior elaboración de vino. La Bodega Hualfin, única municipal de Latinoamérica, recibe las uvas de los agricultores locales, pequeños o medianos, y realiza todo el proceso vitivinícola con modernas maquinarias y con toques artesanales, hasta el final. Con las explicaciones de un guía, se recorren las instalaciones y se conoce todo el mecanismo: prensado, fermentación, control, y embotellado.

El paseo finaliza con degustación de los vinos, torrentés y malbec, además de  orgánico y reserva, y la posibilidad de comprarlos, a precios accesibles. La bodega, inaugurada en 2011, tiene una capacidad de producción de 350.000 litros. 

El pimiento es otro cultivo importante de esta localidad. Y su rojo intenso, además del sabor que aporta a la preparación de comidas, pinta los valles de cultivo, aportando otro tono a la enorme variedad reinante en toda la región. 

Hualfin y sus aguas termales

El Complejo Termal de la Quebrada de Hualfin ofrece revitalizadores, sanadores y curativos baños en sus aguas termales. Ubicado a 1845 metros sobre e nivel del mar y rodeado del impactante y agreste paisaje natural,  cuenta con una piscina externa, con agua a 36 grados de temperatura, y piletas cubiertas para sumergirse en baños de inmersión en sus aguas ricas en sodio, calcio, magnesio y sílice.

Complejo Termal de la Quebrada, para sanar en su pileta y disfrutar las vistas.

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