Anabel Ares: «El abandono es una sensación recurrente»
Por Mirtha Caré (eme.care@elcafediariook.com)
Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)
Anabel Ares, escritora, actriz y directora argentina, fue una de las seleccionadas en la convocatoria de relatos organizada por El Café Diario con su obra Bon Nadal. En esta entrevista, reflexiona sobre los temas que inspiran su narrativa, las emociones que atraviesan sus personajes y la importancia de conectar con los lectores.
En Bon Nadal, Anabel Ares explora la experiencia de la migración, la distancia afectiva y la complejidad de las festividades. La autora comparte cómo sus vivencias y su mirada literaria dieron forma a este relato.
¿Qué experiencias emocionales te inspiraron a escribir Bon Nadal, un relato que aborda temas como la migración, la nostalgia, el abandono?
No cuento en mi vida personal con la experiencia de migración, pero sí contribuyó a la construcción del relato la experiencia de conocidos. Por supuesto, todo permeado por una mirada muy propia acerca de lo que es la distancia grande de los afectos y de las referencias conocidas. A veces no es necesario migrar a otro país para tener reminiscencias de lo que es partir de un hábitat conocido, ya sea identificado como el lugar de origen, el barrio de la infancia o la familia.
Y a esas experiencias se le suman los recursos literarios…
En este relato aplico una estrategia que a veces utilizo al escribir, algo así como «extremar vivencias»: parto de un recuerdo o una anécdota muy pequeña y la llevo hacia otro lugar, juego con la plasticidad de las posibilidades. Al final, la historia termina teniendo el germen de la imagen que le dio origen, pero adquirió una nueva forma.
De nostalgia, abandono y melancolía en los textos de Anabel Ares
«¿Qué decir sobre la nostalgia y el abandono? Son temas recurrentes en mi escritura, tal vez porque soy bastante melancólica, y el abandono –entendido en un sentido amplio, como pérdida, separación, duelo– es una sensación recurrente para quienes tenemos este temperamento«, se explaya Ares.
La relación entre el protagonista y su entorno es importante en el relato. ¿Cómo lograste transmitir la dualidad entre admiración y extrañamiento?
Posiblemente porque es lo que sentí cuando estuve como turista en Barcelona, la ciudad en la que transcurre el cuento. Imprimí en la mirada del protagonista algo del asombro que experimenté al ver una ciudad con edificios góticos, la combinación entre los picos de las Catedrales y las formas redondeadas de las maravillosas construcciones de Gaudí. Hay algo muy diferente en la configuración de esa ciudad respecto a la Ciudad de Buenos Aires.
De similitudes y contrastes
¿Por eso elegiste Barcelona?
Al buscar la locación para una experiencia de migración consideré que un lugar tan multicultural como la capital catalana era la mejor opción. Especialmente por el contraste con el pensamiento de que España es el lugar más cercano desde lo idiomático. Enseguida uno se encuentra con la paradoja de que ese castellano nada tiene que ver con el latinoamericano –con las diferencias intrínsecas que, por supuesto, existen en toda Latinoamérica–, sumado a la multiplicidad de lenguas que se escuchan por las calles, entre turistas de diferentes partes del mundo y el mismo catalán, que en parte resulta descifrable, pero que a la vez suena muy distinto.
La distancia, tanto física como emocional, es recurrente, ¿por qué elegiste esa temática?
Creo que hay algunos momentos en la vida en que se da la coincidencia de estar atravesando a la par una distancia física como emocional de lo conocido y de los conocidos. Quise plantear un personaje que estuviese en esa encrucijada, para hacer foco a veces en la distancia geográfica, a veces en la distancia afectiva, porque es algo en lo que, en mayor o menor medida, todas las personas comulgamos.
Una experiencia circular
«La identificación con una historia por parte del lector considero que es una forma de completar la experiencia de escritura. Este es un camino solitario hasta que te encontrás con las repercusiones o las vueltas de tuerca que le adjudican al relato quienes te leen. Y, en narraciones como esta, que tienen un fuerte anclaje en la experiencia de la soledad, termina siendo esa comunión una suerte de justicia poética«, señala la escritora.
¿Cómo te gustaría que el lector interpretara el contraste entre las celebraciones y la experiencia del protagonista?
No sé si como interpretación, pero tal vez sí con una sensación de alivio. Me parece que hay mucha presión social en estar a la altura de la felicidad que, en teoría, traen las Fiestas. En los últimos años se empezó a blanquear el hecho de que muchos no la pasan bien, hay gente sola o, peor, gente que tiene que compartir con personas que no desea, entonces se abrieron otras posibilidades, como festejar con amigos o irse de viaje.
Por eso, la aparente contradicción entre el clima celebratorio y la soledad del protagonista termina siendo algo más cercano a la experiencia de muchas personas de lo que se suele contar, aunque vaya en contra del imperativo asociado a las festividades.
¿Qué significó para vos quedar seleccionado en esta convocatoria?
Siempre es una alegría quedar seleccionada en una convocatoria. Y no por una cuestión de vanidad, sino por la necesidad de que la experiencia de escritura se complete con quienes leen. Por eso, también me siento agradecida de esta oportunidad.




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