«Yo no duermo la siesta», otra joya de las hermanas Marull
Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)
Costumbres, historias, personajes y acontecimientos cotidianos que transcurren en una típica y sencilla casa del interior del país ofrece Yo no duermo la siesta, otra obra teatral con el distinguido sello de las hermanas Marull, en este caso Paula como dramaturga y directora y María como actriz.
Natalí, interpretada con brillantez por Luciana Grasso, es una traviesa y sarcástica niña, inmersa en una situación límite por el grave estado de salud de su madre. Entre sueños, juegos, ilusiones y desafíos, pasa el día en casa de su vecina y amiga Rita, representada por Agustina Cabo, quien se resigna, con extrema paciencia, a las bromas y acechanzas de su amiga.
En ese mismo hogar, los padres de Rita, una trabajadora Hilda –Sandra Grandinetti– y su esposo discapacitado y picaresco, Aníbal –Marcelo Pozzi, en notable actuación– muestran la parte adulta y contrastan con la infantil de las niñas.
Una empleada sensible
Como balance entre los mayores y las menores surge Dorita –María Marull– , la empleada doméstica y el alma de esa casa. Atenta y pendiente de todos, intentando comprender, cobijar y ayudar, sosteniendo el equilibrio, a sus empleadores y a las dos niñas. Entre la siesta, en su dormitorio, el ambiente que junto a la cocina-comedor, tiene la sencilla y efectiva escenografía.

No sólo el caos familiar y las labores de limpieza y orden mantienen activa a Dorita. Su novio, el Hijo de Cacho, a cargo de William Prociuk, aparece en los momentos justos y se muestra como un hombre tan enamorado como parco y poco afecto al romanticismo.
Así se va desarrollando una historia que atrapa, emociona, divierte e invita a reflexionar sobre temas elementales de la vida misma. La sólida performance de los seis protagonistas incrementa el valor de esta obra.
Marull por tres
Yo no duermo la siesta va por su décima temporada, e integra el trío de obras exitosas, de larga duración, de María y Paula Marull, presentes en la cartelera teatral porteña, junto a La Pilarcita y Lo que el río hace.
Un hombre duro y enamorado
En esta ficción, William Prociuk intenta reconquistar a su amada Dorita. Invade la casa, ante el asombro y enojo de la empleada doméstica, y recibe consejos sentimentales de las dos niñas. Finalizada la función, el actor –que en la actualidad actúa en Imagen velada; El sonido; Ruge; Lo que el río hace y Yo no duermo la siesta– habló con El Café Diario®.
¿Cuáles son tus sensaciones sobre Yo no duermo la siesta?
Que es una obra bellísima, es una obra que a mí me encanta. Estoy mucho afuera, tengo el placer de ver el recorrido de Natalí, sobre todo; de esa niña tremenda que no duerme en la siesta, junto con su Rita, que es su mejor amiga. Y también de Dorita, de todos, en realidad, y es espectacular. Ver tanto desde afuera me hace pensar en que es una obra bellísima.
¿Te da otra perspectiva para valorarla más, no?
Sí, muchísimo, muchísimo.
¿Qué decís de tu personaje medio hosco y áspero pero enamorado de Dorita?
En principio que no tiene nombre, es el hijo de Cacho. Es un personaje hermoso, a mí me gusta mucho hacerlo.
Yo no duermo la siesta se estrenó hace diez años, ¿por qué crees que mantiene su vigencia y sigue siendo un éxito?
Uh, sí, tantos años. Ya pasaron como diez u once años desde que empezamos a ensayar. No recuerdo bien cómo fue la preparación, pero sí que la hicimos con muchas ganas, con mucho amor y sabiendo que era una obra bellísima ya de movida. Así que ése fue el puntapié. Hubo alguna interrupción en el medio, pero seguimos. Ahora vamos por la segunda temporada acá, en el Astros, es un mundo nuevo porque funciona de otra manera y la gente sigue viniendo.
Las funciones son los lunes, un día no habitual para las salidas, y sin embargo la sala estaba casi llena.
Sí, sí, es lunes que no es un día muy de teatro, ¿no?, pero viene mucha gente.
Una amistad que funciona también en lo profesional
¿Qué significa trabajar con dos grosas como las hermanas Marull?
Yo las quiero mucho, son dos grandes coequipers. Con Paula dimos clases durante mucho tiempo, entrenamos juntos allá hace treinta años en lo de Javier Daulte. Con María también lo mismo, hicimos cosas que me conmueven muchísimo.
Y nada, son amigas, qué sé yo, hay algo de lo entrañable que son y de la pluma que tienen. Esa cosa, en la pluma, que es sencilla y profunda al mismo tiempo. Le dan valor al oficio desde un lugar muy particular y eso a mí me emociona mucho. Una buena prueba es que tienen tres obras en cartel hace tiempo y simultáneamente, creo que no hay muchos casos, ¿no?
No, no es habitual. Hablando de obras simultáneas, vos también estás muy activo.
Mirá, yo vivo del teatro, estoy acá, en el Astros, en Espacio Callejón, en el Galpón de Guevara. Yo sé que estoy haciendo cuatro obras, pero como actor, no es el caso de las chicas que son dramaturgas, actúan, son multifacéticas.
Av. Corrientes 746, CABA
Lunes, 20 horas
Entradas en la sala o en EntradaUno.







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