«La curva del tiempo», una historia de amor y soledad
Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)
Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)
Un hombre solitario, aislado en un lejano pueblo, y una exitosa abogada, apegada a la gran ciudad. Sus movimientos parecen no tener absolutamente ningún punto de conexión. Sin embargo, en La curva del tiempo, el pueblerino y el bicho de ciudad tejen una fuerte relación y un vínculo con matices que los acercan y les permiten conocerse, contenerse y conmoverse.
Ángel, interpretado por Federico Buso, y Lina, a cargo de Magela Zanotta, engarzan una perfecta sincronización y química para darle sentimiento y dramatismo, salpicado con saltos humorísticos, a una historia plena de amor y soledad. El argumento de La curva del tiempo es realmente sorprendente y dispara la acción hacía un lugar inesperado al que supone el inicio.
La dramaturgia y dirección corresponden a la catalana Martina Cabanas Collell, licenciada en Arte Dramático y docente. La curva del tiempo, estrenada en Buenos Aires y con una gira por América Latina y España por delante, incluye elementos como una radio, con temas de Javier Solís y Mercedes Sosa, una tortuga, llamada Lenteja o Teresa, y hasta una cocina que es utilizada para preparar infusiones y comidas. Nada está de más, todo tiene su razón de ser.

Dos sitios aislados y verdaderos en La curva del tiempo
La acción transcurre en las afueras del pueblo mendocino de Polvaredas y el desperfecto automovilístico de Lina, que la obliga a pedir asistencia en la casa de campo de Ángel, y se menciona a la Curva del Tiempo. Ninguno de esos sitios, que juegan un papel importante en la trama de obra teatral, son ficticios.
En épocas del ferrocarril que unía Argentina con Chile, Polvaredas tuvo su esplendor. El final de ese servicio de transporte convirtió a la localidad mendocina, ubicada cerca de la Cordillera de los Andes, en un pueblo fantasma. Y le quedó un reconocimiento: ser reconocido como patrimonio cultural por su valor histórico y ferroviario.
La curva del tiempo, que le da nombre a la obra, está situada en el kilometro 1115 de la Ruta Nacional número 7, entre Potrerillos y Uspallata, y es un tramo peligroso y que requiere atención y cautela a los conductores que la transitan.

El hombre solitario que espera
Federico Buso, actor, cantante, bailarín, director y escritor nacido en San Juan y con una amplia trayectoria en teatro, cine y televisión, habló con El Café Diario® al finalizar una de las funciones en el Espacio Callejón, sobre la obra que lo tiene desplegando una doble y sincronizada interpretación.
«A la casa de mi personaje, Ángel, un hombre ermitaño, aunque a la vez intelectual, que vive sólo en Polvaredas, llega una abogada de Buenos Aires, recién separada, porque se le pinchó una rueda y su auto necesita auxilio. Ella está mal y desorientada por la situación, su idea era viajar al sur y termina en el norte. Ahí empieza una historia mágica entre estos dos personajes», cuenta.
Continúa: «Teresa, mujer de Ángel y geóloga, se va a la Cordillera y deja una carta, donde aclara que regresará. Pasan muchos años y su esposo la sigue esperando. Ella está muy presente en toda la obra, es un condimento que genera una especie de triángulo, pero no voy a spoilear».

La abogada de ciudad que huye y se cruza con La curva del tiempo
Magela Zanotta, actriz, directora y autora nacida en Montevideo, también suma una vasta experiencia en teatro (Mamá; El recurso de Amparo; Perfectos desconocidos; Sacco y Vanzetti; La forma de las cosas; La duda y Pasajeras, entre otras), cine (La peste; El caso María Soledad; No soy tu mami; El robo del siglo; Corazón loco y Cato, son algunas) y TV (Son de Diez; Nueve lunas; Como pan caliente; Verano del 98; Maltratadas; Argentina, tierra de amor y venganza y El encargado).

Sobre su personaje en La curva del tiempo dice que «Lina es una abogada muy de ciudad que, escapando de una separación con su marido, sufre la pinchadura de una rueda que deja a su auto varado en medio de la nada. Por eso, llega a la casa de campo, cerca de la ruta, donde vive Ángel. A partir de ahí, juntos los dos personajes, van atravesando esa curva del tiempo con su soledad, el encuentro de sus almas, su sensibilidad y una situación que tiene mucha magia».
Relata que «es una situación que le puede tocar a muchos: seguir adelante sin los seres queridos. Es muy importante el trabajo de Martina, la autora y la directora, que nos fue guiando. Es una historia preciosa, tiene mucha poesía y magia y también momentos divertidos. Siento que el público se va de viaje durante el tiempo que dura la obra, que también se traslada a ese pueblo perdido al pie de la Cordillera de los Andes».
LA CURVA DEL TIEMPO
Humahuaca 3759
Domingos, a las 17 horas
Entradas por Alternativa Teatral
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