«La Pilarcita», una obra teatral que nunca pasa de moda
Por Guillermo Tagliaferri (guille.tagliaferri@elcafediariook.com)
Que una historia tan sencilla como representativa del interior argentino y de las leyendas populares, La Pilarcita, mantenga su éxito y su buena repercusión en las críticas y en la elección del público, no es casualidad. En los once años ininterrumpidos que lleva en el escenario teatral seduce por su fina sensibilidad, su identificación con la fe, el costumbrismo y la tradición, con precisos toques de ironía, humor y drama.
La acción transcurre en el patio de un humilde hotel del extremadamente caluroso –que ni una pileta de lona, ni un ventilador logran disimular– pueblo de Concepción de Yaguareté Corá, provincia de Corrientes, donde Celina (la propietaria, estudiante de medicina, seria y responsable), interpretada por Agustina Cabo, y su amiga Celeste (irresponsable, integrante de la comparsa local y excesivamente charlatana), a cargo de Mercedes Moltedo, esperan por la fiesta de celebración popular de La Pilarcita.

El mito de La Pilarcita
Según la tradición popular, a principios del siglo XX, Pilar Zaracho, una niña, murió aplastada por las ruedas de la carreta que la transportaba junto a su familia en búsqueda de un mejor futuro, al arrojarse para recoger su muñeca caída. En ese lugar se levantó un pequeño altar, donde los creyentes dejan muñecas y piden milagros, y el mito, a medida que éstos se cumplían, se fue acrecentando.
Por ese motivo anualmente el pueblo pierde su habitual parsimonia y tranquilidad, y reciben una gran cantidad de creyentes en el milagro. Una de las arribadas para pedir un milagro, y que se aloja en el hotel de Agustina Cabo (Celina), es Selva, interpretada por Julia Catalá, una mujer de Santa Fe acostumbrada a la comodidad de una ciudad, amargada y quejosa.
Mercedes Moltedo (Celeste) le explica que para pedir el milagro debe ofrendar una muñeca a la pequeña santa. En el palabrerío incontenible de la local y la seriedad de la visitante, con un evidente contraste entre la apacible vida pueblerina y la agitada vida ciudadana, se podría tejer, sorprendentemente, un vínculo de unidad más allá de los cortocircuitos iniciales.

Completa el elenco Hernán, representado por Julián Rodríguez Rona, el hermano de Celina, quien con su guitarra, sus coplas y sus humoradas es una especie de relator de la historia y es el complemento ideal para sus tres compañeras de elenco.
La creadora de La Pilarcita
María Marull, actriz, dramaturga y directora teatral, escribió el texto y también está a cargo de la dirección de La Pilarcita. Entre las distinciones que recibió por esta labor resalta el Martín Fierro como mejor autora, en 2023, por la versión adaptada en la TV Pública. Fue asimismo nominada a los premios ACE y Teatro del Mundo en dos rubros: mejor dramaturgia y mejor dirección de teatro alternativo, y a los premios Trinidad Guevara como mejor autora.
Al cabo de una función especial en el Teatro Astros, en plena avenida Corrientes –misma sala donde los lunes, a las 20, actúa en Yo no duermo la siesta, con dramaturgia de su hermana Paula Marull–, respondió a la entrevista de El Café Diario®.
¿Cuál es el secreto de esta vigencia exitosa de «La Pilarcita» durante tantos años?
Bueno, hay una cuota de misterio, que uno nunca sabe por qué una obra gusta tanto y la gente la sigue viniendo a ver durante tanto tiempo ininterrumpidamente. Después, hay conjeturas que uno va haciendo con el transcurso del tiempo.
Creo que tiene que ver con la historia, que la gente se identifica, que la pasa bien. Es una obra que tiene humor, que tiene emoción, donde la gente entra como en un viaje y se identifica y se reconecta quizás con sus deseos y hace propia la historia. Es un equipo hermoso, disfrutamos mucho de las funciones y creo que hay algo de eso también que se traslada.
Milagros: la investigación que condujo a La Pilarcita
¿Cómo te surgió la idea para escribir esta obra?
La obra la escribí en la EMAD, la Escuela Metropolitana de Arte Dramático, que dirigía en ese entonces Mauricio Kartun y lo hice bajo su supervisión. La primera imagen que tuve fue de dos chicas en un patio de un hotel, y la otra imagen, una señora que iba a pedirle un milagro al Padre Ignacio.
Empecé a investigar sobre santos populares porque no quería escribir sobre el Padre Ignacio, a quien respeto un montón, además, y apareció la historia de Pilar Zaracho, una santita popular correntina y me gustó. Empecé a contar la historia de Selva y de estos personajes en este contexto del festejo popular.

¿Varió algo la obra en tantos años en escena?
Sí y no. Hay algo que no cambió, que es la obra, vos leés el texto y es casi exacto desde el día en que la estrenamos, y hay muchas cosas que sí cambiaron, que creo que tienen que ver con los actores, con el cuerpo del actor que se apropia de la obra, que la hace suya, la traspasa por su poética personal, le da cosas de música y juego y se va afianzando también. En ese sentido, sí, creció.
Entre Corrientes y Corrientes
Los cuatro protagonistas hacen un trabajo espléndido.
Sí, los cuatro están brillantes. Son muy buenos y lo demuestran.
El acento correntino les sale perfecto. Si uno no las conociese diría que Celina y Celeste nacieron en Corrientes, ¿no?
Sí, exacto, sí, sí. Lo hacen muy bien. Pero nunca han ido nunca a Corrientes prácticamente. Son excelentes, y son muy talentosas.

Hablando de otra Corrientes, ¿qué significa salir de una sala más pequeña y venir a LA calle del teatro?
Mirá, en realidad la diferencia es el espacio escénico, si bien el patio y toda la escenografía es la misma. En el Astros la sala es más grande y entonces la gente la ve de lejos y se ve con una distancia mayor. En sí cambia la proximidad con el actor, porque en El Camarín de las Musas lo tenés a medio metro.
Pero en los dos lugares funciona muy bien la obra. Con La Pilarcita hemos viajado bastante y estuvimos en varios escenarios. Por ejemplo, el 9 de septiembre vamos a estar en La Plata, en un teatro enorme, el Podestá. Las veces que hemos salido con la obra siempre fue una fiesta.
La Pilarcita
Mario Bravo 960, CABA
Viernes, 20 y 22 horas.
Entradas por Alternativa Teatral



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