«Cartas a Gracielita»: Mi hermana, víctima de la dictadura
Por Luján Gassmann (lujan.gassman@elcafediariook.com)
Edición: Carla Scardino (carla.scardino@elcafediariook.com)
Cartas a Gracielita es un relato que nos permite conocer a Graciela Carmen Pane, una joven de 23 años, estudiante de ingeniería química en la UTN de Avellaneda, que siempre militó por los derechos estudiantiles.
Fue detenida por primera vez, pintando las paredes, en 1975, por la brigada Avellaneda-Lanús de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y liberada por las presiones de numerosos organismos e instituciones. Sin embargo, estos no pudieron impedir que el 2 de octubre la secuestrara la Triple A y que 24 horas después fuera brutalmente asesinada, contando tres meses de embarazo.
Para adentrarnos más en su historia entrevistamos a Lina Avellaneda, su hermana y autora del libro.
El nacimiento de un homenaje
¿Qué te impulsó a escribir?
Lo que me impulsó a escribir este documento en forma de libro fue una necesidad de los organismos de Derechos Humanos, que nos piden a quienes somos sobrevivientes o familiares de las víctimas, tanto del terrorismo de Estado como de la dictadura, que contemos en forma escrita, oral o como fuera, las situaciones y experiencias que nos tocaron vivir. Sus gustos personales, sus rutinas, sus necesidades, sus urgencias, sus amores.
En general, se sabe que su militancia y compromiso fue la causa por la cual fueron desaparecidos o asesinados, pero no quieren que sean solamente un número. La idea es que a ellos se los conozca como personas, con un nombre, un color, con sus vivencias.
¿Cómo fue reconstruir esa historia?
Fue muy difícil y doloroso, pero por momentos también fue agradable, porque aparecieron recuerdos, incluso algunos que yo tenía bloqueados. Surgieron cosas lindas que estaban ocultas después de su asesinato. Más allá del pedido de justicia, yo extraño a mi hermana, a la tía de mi hijo, a mi sobrino que no pudo nacer.
¿Cuándo arrancaste el proceso de escritura?
Empezó con la pandemia. Me costó muchísimos años arrancar y muchas veces lo dejé en suspenso, pero en 2020 me comprometí a terminarlo. Me senté en la máquina, con el papel en blanco y ahí empecé a hablarle, de alguna manera, a mi hermana, y eso fue trayendo todos estos recuerdos, muchos de ellos estaban bloqueados en mi mente. Todos los días me sentaba un ratito a escribir, y así fueron surgiendo esas cartas diarias que componen el libro.
Cartas a Gracielita y la necesidad de recordar a las víctimas
¿Por qué es importante contar esta historia?
Es muy importante contar esta y otras historias ya que estamos en un momento donde el negacionismo, la indiferencia y la injusticia por crímenes de lesa humanidad dejan en el olvido a nuestros familiares y amigos. Actualmente, en el país, en el mundo diría, todo esto está saliendo a la luz nuevamente y hay que darles voz a esos recuerdos.
¿Creés que se reduce siempre a la idea de que todos eran guerrilleros?
Es preciso aclarar que no todos los desaparecidos fueron gente de armas. Está comprobado que los guerrilleros en nuestro país, chicos que se levantaron en armas, no fueron más de 4.000, esto dicho por informes de Estados Unidos; el resto fueron trabajadores, estudiantes y dirigentes militantes de diferentes partidos políticos.
En el caso de aquellos que sí formaron parte de la guerrilla, debieron haber sido juzgados o detenidos. Recordemos que si se levantaron en armas fue contra un gobierno absolutamente corrupto y dictatorial, con una Triple A que mataba más de 600 personas antes del golpe. Debió de haber denuncias y juicios. No arrojarlos desde un avión o torturarlos hasta morir, como en el caso de Graciela, mi hermana.
Otras miradas son imprescindibles
El libro, Cartas a Gracielita... ¿es una manera de reflotar su lucha?
No sé si es una manera de reflotar su lucha, tal vez lo sea. En este libro yo no cuento de la lucha por un gobierno tripartito, ni por todas las libertades que los estudiantes fueron ganando gracias a esa lucha. En este libro no hablo de su militancia, porque eso quienes quieran saberlo lo pueden averiguar.
Yo hablo más del aspecto humano de Graciela, de cómo plantábamos tulipanes en macetas, de cómo me ayudaba a superar mis miedos, de la pobreza que nos atravesaba De su tremenda sensibilidad, de su arrojo, de su habilidad para bailar danza clásica, para tocar el piano. Para mí es una mujer, bueno era, una mujer inspiradora, que estudió dos carreras al mismo tiempo, que se casó joven y que buscaba superarse.
En tu relato está muy clara su presencia y cuidado. ¿Qué significó para vos tu hermana?
Mi hermana para mí significó amor, risas, fue una mamá. Más allá de la figura materna, fue ella quien me dijo lo que me iba a pasar con mi primer beso o cómo me iba a hacer señorita. Fue mi ayudante escolar, esos cuatro años que nos separaban hacían que para mí fuera un referente. Su inteligencia, su dulzura, cómo me defendía, era muy especial para mí.
Dos versiones, un mismo objetivo
¿Dónde podemos conseguir el libro?
Este libro documento se puede retirar de la Secretaría de Derechos Humanos de Avellaneda todos los días desde la mañana hasta la tarde. Está ubicada en lo que en algún momento fue el infierno, un lugar de detención, por donde también pasó mi hermana. Hoy es ahí donde se puede encontrar su historia, tiene un simbolismo muy importante para nosotros poder entregar, en este espacio, este libro en forma gratuita. También se encuentra en formato pdf, lo pueden solicitar por mail a linadeavellaneda@hotmail.com.
Es un honor para su memoria que quieran tener la historia.
¿Se va a presentar en la Feria del Libro?
La gente de Acercándonos Cultura me dijo que es muy probable que nos podamos presentar en la Feria del Libro. Ellos van a tener su stand ahí y seguramente nos van a invitar. En lo personal, me gustaría muchísimo que el libro esté en la feria, por lo que representa, pero todavía no tenemos fecha confirmada.
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