El asesino serial que se atrevió a aparecer en TV en vivo

El asesino serial que se atrevió a aparecer en TV en vivo

Por Gabi Composto (gabi.composto@elcafediariook.com)

Edición: Florencia Romeo (florencia.romeo@elcafediariook.com)

El 13 de septiembre de 1978 un violador y asesino serial se presentó en el programa de citas The Dating Game de la TV norteamericana. La película El asesino del juego de citas cuenta la historia de Rodney Alcalá, el asesino que se atrevió a buscar una posible víctima en vivo por televisión. Y casi lo logra.

Agradable en TV, asesino serial detrás de cámaras

La noche que Cheryl Bradshaw -de 22 años- era la soltera del programa, Rodney Alcalá era uno de los tres solteros, de los cuales uno iba a ser elegido para una cita. Sin verse, ella pregunta y ellos responden, y así sólo por afinidad elige el compañero para pasar una velada que después podría terminar en una relación o sólo ser una salida y nunca más verse.

Algunos años después y con Alcalá ya en prisión, Cheryl comentaría que a la salida del estudio tuvieron una charla donde comenzó a sentirse incómoda por la manera en la que actuaba Rodney, «era espeluznante. Rechacé su oferta. No quería volver a verlo«.

Por ese motivo no se encontraron para la cita que había ganado con ese tipo raro. Nunca más lo vio y, afortunadamente, su intuición logró que siguiera con vida. Otras no corrieron con la misma suerte.

Esa es la historia real, pero esto y otros aspectos, están modificados en el film.

Un debut prometedor

En Woman of the hour (el título original en inglés) la historia de como Alcalá buscaba y atacaba a sus víctimas, está muy bien contada por la actriz Anna Kendrick que además de hacer el papel de «la soltera de la noche», debuta como directora, en esta que es su ópera prima. En las diferentes partes en que está dividido el film, las historias están contadas a través del punto de vista de cada una de las víctimas y sobrevivientes.

Cheryl (Anna Kendrick) participaba por una cita.

Kendrick comentaba que si bien quería que la historia que contaran fuera buena en lo emocional, tampoco podía mirar para otro lado y pasar por alto la gran cantidad «de errores judiciales que hubo durante la ola de asesinatos de Rodney Alcalá» porque sentía que «parte de lo frustrante de su historia fue descubrir que nadie lo buscaba«. A la vez destaca que, si bien hubo gente que denunciaba, no estaban preparados para proteger a las víctimas. 

Por otro lado, es su deseo que su film «se dirija a cualquiera que se haya sometido y vuelto complaciente porque simplemente estaba intentando sobrevivir física, económica o mentalmente«, y a todos los que alguna vez pensaron «menos mal que le hice caso a mi instinto«, y también a quienes han pasado por una situación dolorosa de la que pensaron «desearía haberle hecho caso a mi instinto».

Rodney (Daniel Zovatto) brilla por su carisma y lo sabe.

Una crítica no tan sutil

De manera acertada la historia no se centra en él, sino en las mujeres. En recordar y mostrar los peligros y las situaciones de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres en todo momento, y lo demuestra. Un tipo encantador se acerca y se baja la guardia, pero, sin embargo, el peligro sigue ahí y cuando se ve, tal vez ya sea tarde.

La crítica además apunta a cierto tipo de hombres a los que se muestra como un novio, un vecino, un empleado del estudio de televisión, un conductor del programa, un concursante… todo un abanico de hombres con actitudes preocupantes. Queremos creer que también en esa época sonaban las alarmas.

Cheryl acaba de elegir a Rodney.

Un CV que no delataba a un asesino serial

Alcalá se había graduado en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de California (UCLA), había estudiado cine en la Universidad de Nueva York donde fue alumno de cineastas famosos como Roman Polanski, trabajó en Los Ángeles Times como tipógrafo y era fotógrafo, profesión que utilizaba para acercarse a las víctimas.

Lograron probar 5 homicidios y fue sentenciado a muerte en 2010. Tenía 77 años cuando este asesino serial falleció en un hospital de California mientras esperaba ser ejecutado. Nunca reconoció la cantidad de mujeres que fueron sus víctimas, «entre dos y cien» solía decir. Se cree que fueron más de 130.

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