«Anécdota»: lo que no se dice, se canta

 «Anécdota»: lo que no se dice, se canta

Por Noe Casas (noe.casas@elcafediariook.com)

 Edición: Carla Scardino (carla.scardino@elcafediariook.com)

Una sala con dos sillas y una mesa al centro. Una guitarra, una lámpara, y una tela que envuelve la escena.
¿Anécdota es una obra de teatro? ¿Un recital?
 Anécdota es aceptar. También es no aceptar. Es cerrar ciclos… o abrirlos. Es contar una historia a través de canciones. Es una obra íntima que transforma vivencias personales en música, poesía y silencio compartido.

«Anécdota»: Una guitarra, una voz, una historia                    

Anécdota es el primer disco de Axel Nadir, un proyecto donde el artista convierte en música aspectos profundos y transversales de su vida: dolores difíciles de aceptar, ciclos que hieren, amores que dañan y el miedo de elegir la vida que uno realmente desea.

Más que un recital, es un viaje íntimo donde la guitarra dialoga con una presencia tan invisible como poderosa: la voz silenciada, interpretada en escena por Ananquel Limey.

El espectáculo se presenta como un ritual sonoro y teatral, donde cada acorde se sumerge más en la trama y el espectador comienza a encontrar respuestas a esas preguntas que parecían no tenerlas.

Desde El Café Diario® hablamos con Axel, quien nos contó sobre esta nueva propuesta que se presenta por segunda vez el próximo domingo 20 de julio en el Teatro Azul.

En «Anécdota» la música dialoga con lo no dicho y lo invisible toma forma

¿Qué papel juega la presencia y la interpretación de Ananquel en este espectáculo?

El papel que juega Ananquel es polifuncional. Por un lado, interpreta al bufón, la parte oscura de uno, ese enemigo que completa la identidad de uno mismo.

Y por otro lado interpreta hechos que han marcado mi vida de manera profunda y sobre los cuales armé un relato y una historia. Con ellos pude modificar el sentido de lo que significó en su momento, y darle un giro para que esas cosas que nos hacen mal también nos hagan un poquito bien.

Axel, Ananquel y un momento de relax en compañía. (Foto: Gentileza de los artistas)

¿Cómo nace esta colaboración?

La colaboración con Ananquel nace cuando la vi hacer la introducción de una banda y a partir de ahí dije: esto está buenísimo. Y creo que es una buena manera de darle contexto, un abrigo a las ideas que a veces son tan íntimas y que cuesta tanto mostrar.

Un viaje hacia adentro, donde el dolor se vuelve canción, y lo simple, revelación

¿Qué te inspiró a combinar guitarra con una “voz silenciada”?

Particularmente me pasaba que cuando era chico no tenía forma de expresar lo que me estaba sucediendo.

Comencé a improvisar con acordes o bases que había armado y empecé a grabarme y ahí me di cuenta de que lo que improvisaba y las letras que decía tenían algo de sentido.

Cuando improvisaba, en ese momento de meditación y relajación, podía decir cualquier cosa, aunque no tuviera sentido. Se liberaba alguna parte de mí, que uno va comprendiendo con el tiempo, pero al escuchar esa voz silenciada tomaba sentido y me llevó a este lugar en el que estoy hoy.

Anécdota: entre el recital y la obra teatral, un ritual íntimo en escena. (Foto: Gentileza de los artistas)

Las preguntas existenciales en canciones     

 ¿Hay alguna canción en particular que sientas que es el corazón del disco, o que mejor representa lo que querés comunicar?

La obra está condensada en dos puntos, que son la primera canción y la última. La primera se llama Lo que es, y la última, Lo simple.

La primera canción habla de las preguntas existenciales y filosóficas que uno se puede hacer con respecto a qué es el ser, para qué vinimos al mundo, qué es la existencia y qué hacer cuando se ha decidido no tener hijos aún.

O cuando es una pregunta que se está haciendo y no tiene respuesta, como bien dice esta canción. Termina con una aserción que tiene que ver con darse el tiempo para comprender y que el tiempo siempre hace que las cosas tomen un lugar en la existencia de cada uno.

¿Y la última?

Y con la última canción entra en tensión este hilo conductor. En Lo simple, nos damos cuenta de que aquello en donde nos apoyamos y sobre lo cual apoyamos nuestras creencias e ideales, que hemos heredado de nuestras familias, se puede deglutir, se puede disolver y podemos soltar el nido del cual hemos nacido para encontrar en nuestra voz esa forma única que tiene de hablar lo que somos.

Ananquel y Axel: música, poesía y silencio compartido. (Foto: Gentileza de los artistas)

La imagen de la muerte como impulsora del cambio           

¿Cuál es la anécdota personal o artística que te llevó a crear este espectáculo?

Un día en el trabajo me imaginé muriéndome, yendo al hospital a punto de morirme, y pensando si me iba a arrepentir de algo. Desde esa imagen pude abordar mi momento y darme cuenta de que quería arriesgarme, que quería hacer algo distinto, quería no saber qué me iba a pasar y quería no tener una imagen tan clara de cómo iba a hacer mi muerte. A partir de ahí se disparó una cantidad de sucesos que hicieron que hoy esté acá.

Después de este disco y espectáculo, ¿qué planes tenés para seguir explorando esta forma de contar historias?

No sé, lo cierto es que el no saber es algo lindo, hermoso, que hay que poder disfrutar y que hay que poder abrazar.

Tengo muchísimos planes, pero ninguno concreto, estoy esperando a que termine la última función para poder, con un poco más de relajación, con los resultados y la sensación del espectáculo, poder mirar hacia el futuro a corto y a largo plazo.

Anécdota

Intérpretes: Axel Nadir Ebi Condomi, Ananquel Limey Peñalva García

Teatro Azul: Av. Corrientes 5965-CABA

Domingo 20 de julio a las 20 hs

Entradas: Alternativa Teatral

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